Los datos acerca de nuestro santo patrono, nos llegan de la mano de los padres de la Iglesia San Agustín y San Ambrosio:

» Lorenzo era uno de los 7 diáconos de Roma, uno de los 7 hombres de confianza del Papa Sixto II, quien le nombró administrador de los bienes de la Iglesia y distribución de las ayudas a los pobres y necesitados».

Corría el año 258; el emperador romano Valeriano publicó un decreto en el cual ordenaba la persecución de los cristianos condenándolos a muerte.

El 6 de agosto el Papa Sixto II cuando celebraba misa en un cementerio de Roma fue asesinado junto a 4 de sus diáconos por las huestes del emperador.

Transcurridos 4 días,  fue asesinado el diácono Lorenzo.

Nota a destacar es la salida que da a la insistencia con que le molestaban y asediaban para que entregara los bienes y tesoros de la Iglesia. Pidió 3 días de tiempo para poderlos recoger; y tras ellos reunió a un gran número de pobres, huérfanos y necesitados; y los presentó al tirano como el verdadero tesoro de la iglesia.

Fue brutalmente torturado y asado en una parrilla y según cuenta la tradición en medio del martirio, dirigiéndose a sus verdugos les dijo: «Podéis darme la vuelta, que por este lado ya estoy asado.»

Como mártir que fue, la iconografía representa su imagen con una palma en la mano y también aparece una parrilla, instrumento propio de su martirio.

Santuario de Loreto en Huesca.

Allí, Paciencia esperaba a sus hijos: San Lorenzo y San Orencio.

¿QUIÉN ES EL DIÁCONO?

Diaconía  significa SERVICIO y el Diácono es ministro de la Iglesia, consagrado para el servicio de Dios y de los hombres al estilo de Cristo Siervo, por medio de:

 La Palabra, La Liturgia, La Caridad

EN LA PALABRA

Como anunciadores del evangelio, son considerados como maestros que enseñan la Palabra de Dios, al igual que los presbíteros. Al ser anunciantes de la palabra del Señor, pueden estar presentes en los siguientes escenarios:

En la Predicación

En la Catequesis

En las Pequeñas Comunidades Eclesiales

En los Nuevos Areópagos

EN LA LITURGIA

Se tiene el don de santificar al Pueblo de Dios y servidor del Altar.  Asisten al Obispo y a los presbíteros que celebran la Eucaristía. En el oficio santificador, los diáconos son ministros ordinarios de:

El bautismo.

Distribución de la Sagrada Comunión.

Exposición y bendición con el Santísimo.

Los sacramentales y algunas bendiciones.

Presiden la celebración del matrimonio y lo bendicen en nombre de la Iglesia, con previa autorización del párroco.

Presiden las exequias fuera de la misa y el rito funerario.

Presiden las celebraciones de la Palabra.

EN LA CARIDAD

En unión con el Obispo y los presbíteros participa del Servicio de la Caridad, en el que se configura con Cristo Siervo :

Evangelizador y promotor de la familia.

Pastoral social de la Iglesia.

Obras de caridad diocesana o parroquial

Promotor de la defesa de la vida, de la dignidad humana, 

de los derechos humanos, de la justicia y de la paz.

Colaborador en la administración de los bienes materiales de la Iglesia.

Participación en los organismos parroquiales o diocesanos como: Consejo Pastoral y otros.

Participando, por nombramiento del Obispo, en el Sínodo diocesano.